El Puerto de Santa María, 16/02/1902-28/10/1999
DESAHUCIO
Ángeles malos o buenos,
que no sé,
te arrojaron en mi alma.
Sola,
sin muebles y sin alcobas, que no sé,
te arrojaron en mi alma.
Sola,
deshabitada.
De rondón, el viento hiere
las paredes,
las más finas, vítreas láminas.
Humedad. Cadenas. Gritos.
Ráfagas.
Te pregunto:
¿cuándo abandonas la casa,
dime,
qué ángeles malos, crueles,
quieren de nuevo alquilarla?
Dímelo.
Rafael Alberti
Desahucio del alma. Muy original y adecuado para los tiempos que nos ha tocado vivir. Algo sobre corrupción tampoco estaría mal: ¿el brazo incorrupto de Santa Teresa?
ResponEliminaCreo que hasta ese se ha corrompido :)
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